A la Comunidad Universitaria
Ante una nueva jornada de movilización nacional convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) expreso mi adhesión y apoyo a las demandas de nuestros estudiantes, quienes están siendo coherentes con la defensa de la Educación Superior estatal y pública y por brindar mejores oportunidades a los jóvenes chilenos que no cuentan con los recursos para financiar sus estudios superiores, propuestas que comparto plenamente.
Si bien es valorable la apertura al diálogo demostrada por la Confech y el Ministerio de Educación, que se concretó en una reunión entre las partes este lunes, es atendible la posición que los estudiantes expresaron tras este encuentro, exigiendo una señal política del gobierno en temas que consideran claves para el sector, como es el aumento del financiamiento público para las universidades estatales, mayor participación y democratización en las instituciones que conforman el sistema; y acceso con equidad.
Ya lo he dicho: el creciente aumento de la matrícula en el sistema de Educación Superior del país amerita una reforma general, que apunte a mejorar las oportunidades de los jóvenes chilenos con talento académico y cuyas familias no pueden solventar sus estudios.
Tener uno o varios hijos estudiando en la universidad no debería alterar el presupuesto de las familias de menos recursos, tampoco obligarlos a privarse de bienes y servicios de primera y segunda necesidad, ni menos aún a endeudarse de por vida a tasas de interés poco razonables. El factor dinero no debe inhibir los anhelos de quienes tienen la capacidad y el mérito para ingresar a la educación terciaria. El país no puede darse el lujo de desperdiciar talento por falta de recursos.
Reitero mi confianza que esta nueva movilización no es una mera obsesión estudiantil. Es el clamor desesperado y solidario de una juventud que ve cómo un sistema injusto y perverso los aleja de las oportunidades que entrega la Educación Superior. Es la interpelación a un sistema que cobra los impuestos más altos del mundo vía aranceles universitarios. Es la demanda a un Estado que deja a merced del mercado los sueños y aspiraciones de varios miles de estudiantes y de sus familias.
En esta perspectiva, reafirmo mi convencimiento de que todas las demandas de la Confech son justas y, por sobre todo, legítimas, por lo que deben ser escuchadas y consideradas por el Gobierno.
Confío en que los estudiantes de Chile estarán a la altura de las circunstancias, expresando su molestia y disconformidad de manera pacífica y ordenada, en un marco de plena tolerancia y respeto.
DR. JUAN MANUEL ZOLEZZI CID
RECTOR
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
Santiago, 31 de mayo de 2011
Ante una nueva jornada de movilización nacional convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) expreso mi adhesión y apoyo a las demandas de nuestros estudiantes, quienes están siendo coherentes con la defensa de la Educación Superior estatal y pública y por brindar mejores oportunidades a los jóvenes chilenos que no cuentan con los recursos para financiar sus estudios superiores, propuestas que comparto plenamente.
Si bien es valorable la apertura al diálogo demostrada por la Confech y el Ministerio de Educación, que se concretó en una reunión entre las partes este lunes, es atendible la posición que los estudiantes expresaron tras este encuentro, exigiendo una señal política del gobierno en temas que consideran claves para el sector, como es el aumento del financiamiento público para las universidades estatales, mayor participación y democratización en las instituciones que conforman el sistema; y acceso con equidad.
Ya lo he dicho: el creciente aumento de la matrícula en el sistema de Educación Superior del país amerita una reforma general, que apunte a mejorar las oportunidades de los jóvenes chilenos con talento académico y cuyas familias no pueden solventar sus estudios.
Tener uno o varios hijos estudiando en la universidad no debería alterar el presupuesto de las familias de menos recursos, tampoco obligarlos a privarse de bienes y servicios de primera y segunda necesidad, ni menos aún a endeudarse de por vida a tasas de interés poco razonables. El factor dinero no debe inhibir los anhelos de quienes tienen la capacidad y el mérito para ingresar a la educación terciaria. El país no puede darse el lujo de desperdiciar talento por falta de recursos.
Reitero mi confianza que esta nueva movilización no es una mera obsesión estudiantil. Es el clamor desesperado y solidario de una juventud que ve cómo un sistema injusto y perverso los aleja de las oportunidades que entrega la Educación Superior. Es la interpelación a un sistema que cobra los impuestos más altos del mundo vía aranceles universitarios. Es la demanda a un Estado que deja a merced del mercado los sueños y aspiraciones de varios miles de estudiantes y de sus familias.
En esta perspectiva, reafirmo mi convencimiento de que todas las demandas de la Confech son justas y, por sobre todo, legítimas, por lo que deben ser escuchadas y consideradas por el Gobierno.
Confío en que los estudiantes de Chile estarán a la altura de las circunstancias, expresando su molestia y disconformidad de manera pacífica y ordenada, en un marco de plena tolerancia y respeto.
DR. JUAN MANUEL ZOLEZZI CID
RECTOR
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE CHILE
Santiago, 31 de mayo de 2011
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